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UN MILAGRO [epilepsia]


Muchos de ustedes no conocen este capítulo de mi vida, pero esto fue real y siempre será parte de mi historia. Espero que este blog pueda ser de bendición y ánimo para tu vida.

Antes de nacer mis padres me planearon con mucho tiempo y amor. Solo que había un problema, mi mami no podía tener hijos, ella era estéril.

Después de 4 años casados nació mi hermano, pero mi mamá adoraba a los niños y obviamente quería más hijos. Así que con mucha oración, después de otros 4 años, le llego la grata noticia que estaba embarazada de mí...

Pasaron 9 meses y gracias a Dios el parto fue normal.

Cuando nací y el doctor dijo: es niña... Mi papá sale corriendo del hospital! fue tan grande La emoción! Que hasta se fue corriendo del hospital a la casa de sus amigos y familiares para decirles “MI HIJA NACIO, ES NIÑA!!!”

Y no regreso hasta el día siguiente por el mismo motivo de haberle dicho a todo el mundo que fue niña.

Mi madre me cuenta, que papá cuido tanto de mí que la tarea de ser mamá conmigo fue muy “fácil”. Mi padre no dejaba que casi nadie me tocara, pues era yo su bebé. Cuando cumplí 3 meses me enferme y notaron reacciones muy graves para que solo fuera una “pequeña gripa” o fiebre.

Cuando tenía 8 meses mi corazón paro de latir y quede paralizada, fría y de color casi azul. En ese momento, mi mamá como toda mujer de Dios (Gracias mami por darme los mejores principios) ella se quedó en casa orando por mí y mi tía Pastora Tere Arvizu (hermana de mi papa) iba manejando hacia el hospital mientras mi papá me tenía en sus brazos en la parte de atrás del carro.

Jorge Amezcua (mi papá) sabía todo lo que un paramédico debería de hacer en ese momento y lo hizo. NADA funcionaba! Estaba como loco, un poco confundido, con todos sus sentimientos encontrados; pero dentro de todo ese drama y dolor… recordó a Dios "clama a mí y yo te responderé".

El comenzó a orar en el camino con un llanto muy inexplicable:

"Padre... si tú me diste una hija... regrésamela por favor! Te prometo regresártela para tu servicio, solo déjame verla crecer, déjame ver su quinceañera, su boda, déjame crecer a su lado... pero si tu voluntad es otra, está bien Dios. Solo no quiero verla sufrir, llévatela.... En tus manos esta. Entiendo que todo lo que haces siempre va ser tu plan perfecto y voluntad para nuestra familia."

Después de esa oración, en cuestión de segundos, mis pulmones se llenaron del aliento de Dios, pegue un grito, respire fuertemente y regrese a la vida!!! ...pero no termina todo aquí, me detectaron Epilepsia.

Epilepsia: es una enfermedad crónica caracterizada por alteraciones paroxísticas recurrentes en la función neurológica causada por anormalidades en la actividad eléctrica del cerebro.

¿Traducción? Dolor de cabeza todos los días, pulsadas en la frente, pulsadas a los lados de la cabeza, fiebres, convulsiones, etc. Mis padres oraban que no tuviera la lengua afuera en un ataque ya que mi cuerpo se descontrolaba y me podía morder la lengua, me podría hacer del baño durante el proceso del ataque, me auto suicidaba con mi respiración, cuando no avisaba de mis dolores de cabeza era muy peligroso porque de repente solo caía en el suelo sin importar donde estuviera. Hasta el día de ahora en el 2017 me es muy difícil recordar mi niñez. (Creo que eso es parte de la evidencia)

Al principio de esta enfermedad yo le avisaba a la gente... "mami, papá, me duele la cabeza....” y en un par de minutos azotaba al piso y comenzaba a convulsionar.

Mi pelo era rizo, largo y saludable pero tenía mucho pelo y como me daba fiebre frecuentemente (cosa que me causaría convulsionar también). Era muy difícil tener cabello largo, a veces recuerdo cuando mamá me despertaba en la madrugada y me decía “tengo que hacerlo va ser rápido”, esos baños fríos, trapos con hielo, oraciones e himnos. Solo queríamos evitar otra ida al hospital. Al paso del tiempo ni siquiera alcanzaba avisar que me sentía mal.

Mi enfermedad llego a un extremo donde mis padres discutían mucho. Mi hermano no tenía con quien jugar y recibió poca atención. Ya que mis padres me llevaban al hospital frecuentemente, por un tiempo fue cada mes internada de 3 a 6 días en el hospital. Tristemente en esos tiempos ya consideraba el hospital mi segundo hogar.

Una vez en la iglesia desaparecí, tenía como 3 años. Pensando mis padres que estaba en brazos de otra gente, mi papá presintió algo malo y el salió antes de terminar el servicio. Se preocupó porque no me miraba y al salir de la iglesia estaba tirada convulsionando afuera en el estacionamiento.

Un día mi mamá presintió algo malo también... Ya estaba en el kínder. En ese momento mi mama rápidamente se lanza a mi escuela y al entrar a la escuela no había nadie, pues todos estaban en sus clases. Pero de repente ella ve algo de lejos; yo en el patio de la escuela convulsionando. Era una escuela privada, créanme no quieren saber cómo le fue a la directora. Por esta razón comencé la vida un poco tarde y fui sobreprotegía. Entre al kínder casi cumpliendo los 7 años, los doctores ya me habían declarado que no tendría una vida normal. Pero mis padres siguieron creyéndole a Dios.

Una vez a los 9 años ardía de temperatura, solo recuerdo que mi papá me llevaba en sus brazos al hospital. Al parecer los de recepción ya lo conocían y nos atendían muy rápido. Mientras él estaba dando mis datos, recuerdo que cerré los ojos y cuando los abrí era el día siguiente por la mañana. Mire tía Martha (hermana de mi papa) estaba alado mío con unos regalitos. Cuando vi globos de otras personas que creo vinieron a visitarme en la noche anterior, de mi boca salió "otra vez aquí...". Mi tía me escucho y me pregunto “Pris, cómo sientes?” Y rápidamente fue a llamarles a mis padres. En ocasiones estos ataques eran tan fuertes que me calmaban con morfina. Los doctores dijeron que si continuaba así mi cerebro sé iba “quemar” tanto que podía quedar como vegetal. Priscilla no podrá manejar, no podrá estudiar, vivir normal, tener una familia, su estilo de vida será muy difícil, etc. Desde luego mi niñez fue poco solitaria ya que me era muy difícil tener amigos o tener una buena relación con mis primas.

Continuaron estas escenas y experiencias a través de los años. Era tan triste que mis padres lloraban mucho juntos. Ellos me cuentan que muchas veces lo que les animaba era que después de un ataque epiléptico, despertaba y les preguntaba “que paso?” y ellos solo me miraban asustados en ese momento y de repente comenzaba yo a cantar “Soy feliz porque Cristo me salvo” “yo tengo gozo en mi alma, gozo en mi alma y en mi ser” “No puede estar triste un corazón que alaba a Cristo” “Si tú hablas con Dios las cosas cambiaran orando, cualquier necesidad Dios la responderá orando”.

Me metían en máquinas extrañas! ¿Cómo le pueden pedir a una niña que este quieta por 30 a 45 minutos? Adentro de algo que no entendía. Me daban inyecciones enormes! Aún recuerdo que me toco una de esas que era completita de fierro. Me llevaron con varios doctores y especialista, uno de ellos no recomendó bien su medicamento que en vez de calmarme los ataques epilépticos me los provocaba más, hasta que caímos en el hospital nos dimos cuenta. WOW a pesar de infinitas historias y experiencias mi familia no perdió la fe y creíamos que Dios tenía un propósito en medio de todo esto.

Un día a mi mamá le toco ministrar en un servicio de niños. Ella tenía un ministerio donde se vestía de payaso y les llamaba a todos los vecinos de la cuadra para llevarlos a la iglesia. En esa tarde recibí en mi corazón a JESUCRISTO como mi salvador. Sentí su presencia por primera vez, tenía como 10 años, y desde ese día Dios marco mi vida de una manera muy especial. A los 12 años me bautizo el Espíritu Santo y los 13 años en agua. Cuando dejas que el amor de Dios tome control de tu vida... TODO es diferente.

Mis padres ya habían dejado mi vida en manos de Dios y ahora me tocaba a mí decidir. En el momento que distinguí cual era el color blanco y cual era negro, bueno es ahí cuando supe decidir/elegir. Y elegí creerle a Dios y aceptar su voluntad para mi vida.

Hicieron una poderosa oración por mis dos amistades mi mamá, ella y mi hermano. No quiere decir que antes ellos no habían orado por mí pero esta vez yo tuve participación. Yo también le creí a Dios! Cuando las amistades de mi mamá se fueron, mi mamá y mi hermano presenciaron mi liberación. Unas horas después mi papá llego del trabajo y con mucha fe le dijo a mi mamá “ya no le demos medicamento, vamos a creerle a Dios juntos”. Créanme eso era un paso muy GRANDE… Yo estaba esclavizada al medicamento que tomaba diario, por años!

A los 12 años fui libre de mi enfermedad!!! A los 12 años Dios me sano de la epilepsia y desde ese entonces no he caído en otro ataque epiléptico, ni siquiera reacciones raras que pareciera eso. TENEMOS QUE CREER QUE AUN TENEMOS UN DIOS VIVO, SANADOR, UN DIOS FIEL Y LLENO DE OPORTUNIDADES PARA NUESTRA VIDA.

Me gustaría agregar que la última cita que tuve con el doctor, al ver mis resultados le pregunto a mi mamá “Quien opero a su hija?”. Si alguien me dijera “describe a Dios en una palabra” mi respuesta seria “FIDELIDAD”. Porque el poder de Dios siempre llega justo a tiempo, ni antes ni después sino a tiempo. Su amor y promesas son fieles. Debemos de entender que solo porque no recibí mi milagro rápidamente no deja de ser un milagro.

GRACIAS DIOS! AHORA YO MORI A MI MISMA Y VIVO PARA TI. GRACIAS DIOS... POR DARME UNA OPORTUNIDAD Y POR TU MISERICORDIA.

Esto solo fue un pequeño capítulo de mi vida de tantas experiencias. Pero estoy más que segura que nací para no callar las grandezas de DIOS.

UNA HISTORIA VERDADERA. UN MILAGRO EN MI VIDA… El primero de muchos más.


 
 
 

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" No somos una historia mas, somos un testimonio. Porque un testimonio significa que Dios lo volvera a hacer. "

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2017 by Priscilla Amezcua 

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